Bolivia tiene una de las tasas de deforestación más altas del mundo y alberga algunos de los ecosistemas terrestres más ricos en biodiversidad. Desde los Andes se conectan con el Amazonas, un desafío importante es evitar la extensión de la frontera agrícola y preservar los bosques mediante el uso integrador de los safs, manteniendo así sus servicios ecosistémicos.
En la zona de estribaciones o pie de cerros de los Andes bolivianos, vemos dos visiones de uso de recursos diferentes: 1) migrantes de los Andes, que han estado quemando el bosque e implementando monocultivos durante aproximadamente 60 años; y 2) pueblos indígenas locales (Mosetenes, Lecos, Chimanes, Tacanas y otros) que practican la agricultura de subsistencia en extensiones bajas complementadas por la caza y la recolección. Los primeros han entrado en una «crisis de barbecho» donde los suelos se agotan, la producción es baja, los ataques de plagas y enfermedades aumentan constantemente, el uso de agroquímicos. Los desafíos empeoran debido al cambio climático, que se manifiesta en eventos climáticos extremos, sequías prolongadas y el aumento abrupto de calor que afecta las condiciones de trabajo.
La fase actual del proyecto, proporciona seguimiento a las familias de agricultores con Agro Foresteria Dinámica (DAF), sobre la gestión de árboles de madera (poda en altura y manejo de los sistemas DAF de 10 a 20 años de antigüedad). En cooperación con la Municipalidad de Palos Blancos, se organizan campañas de producción de arroz de tierras altas sin quemar y la promoción de la agroforestería dinámica. La investigación en granjas que cuantifica el efecto de la poda de especies de árboles acompañantes en la producción de cacao, se lleva a cabo en cooperación con el proyecto de investigación SysCom Sara Ana-FIBL.
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