Dinámica

La dinámica de la sucesión de especies en la naturaleza

El desarrollo de una planta se puede expresar como una curva de crecimiento y madurez.

En la naturaleza, sin embargo, las especies no crecen solas, hay muchas especies que crecen juntas en consorcios. Cuando analizamos los principios subyacentes a la sucesión natural, observamos y diferenciamos etapas o ciclos de desarrollo.

Al plantar, por ejemplo, maíz con papaya y cacao, inicialmente el maíz crecerá rápido porque su curva de crecimiento es pronunciada. La dinámica de crecimiento del maíz influye positivamente en el crecimiento de la papaya y el cacao. Cuando el maíz alcanza la etapa de floración, su crecimiento se ralentiza y también lo hace su dinámica. Cuando madura, la planta comienza a marchitarse y su ciclo termina. Hasta que termina, este proceso de maduración y «reabsorción» (su materia orgánica se reintegra en el sistema) afecta el desarrollo de la papaya y el árbol de cacao. Posteriormente, la papaya continúa su crecimiento, desarrollándose con fuerza renovada hasta que también alcanza su madurez.

La cosecha o la poda en el momento adecuado, puede superar el punto en que el desarrollo de una especie se ve afectado negativamente por la madurez de otra. Cuando el maíz produce el grano, la flor masculina y la mazorca deben quebrarse o doblarse. Al hacer eso, su influencia negativa sobre las otras especies se “neutraliza” y continúan desarrollándose como antes. Cuando el ciclo de vida de la papaya termina después de algunos años, también debe cortarse para que no se obstaculice el desarrollo vigoroso del árbol de cacao y las otras plantas.

Para hacer mejor uso de esta dinámica de sucesión, debemos seleccionar especies que se complementen entre sí, a lo largo del tiempo, dentro del consorcio y el estrato que ocupan, intentando imitar, en la medida de lo posible, la dinámica y la estructura de un bosque. Al final de su ciclo de vida, antes de que una especie dada comience su proceso de maduración, debe cortarse: el maíz tiene un ciclo de 4 a 5 meses y la papaya un ciclo de 36 a 48 meses. Otras especies como el Inga (Inga spp.) y otros árboles deben podarse para rejuvenecerlos. De esta manera, su dinámica se puede utilizar para beneficiar a otras especies circundantes.